LAS TERAPIAS INTELIGENTES QUE COMBATEN EL DOLOR
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LAS TERAPIAS INTELIGENTES QUE COMBATEN EL DOLOR
Las terapias inteligentes que combaten el dolor
Hay quien dice que los dolores que soportamos las mujeres no son capaces de aguantarlos muchos hormbres. Quizá sea cierto, pero no hay duda de que el dolor nos visita con más frecuencia que a ellos. Pese a todo, los especialistas aseguran que se puede superar. Y a veces, con una medicina muy barata: La propia mente
¿Quién no ha sentido dolor alguna vez en su vida? Probablemente nadie levantaria la mano ante esta pregunta. Y es que esta sensación es una respuesta natural del organismo, que alerta de que algo no funciona bien. El problema viene cuando la causa del trastorno se soluciona, pero deja esta desagradeble sensación de malestar en el organismo. O, lo que es lo mismo, el dolor pasa de ser útil y puntual ( porque avisa de algo) a crónico. Muchísimas personas conviven dia a dia con el dolor en nuestro país. Y, lo que es más sorprendente, muchos de ellos acaban asumiéndolo como algo normal.
Creer que el dolor no se superará, lo hace más intenso. Son muchos los factores que influyen en el umbral del dolor (o en el aguante) de cada uno, desde el estado de ánimo propio a cómo se perciben y se aceptan. Por eso es tan importante que los tratamientos sean personalizados. La tolerancia al dolor parece ir en consonancia con la sociedad en la que se vive. En los países menos desarrollados, la gente está más acostumbrada a soportar el dolor (quizá porque no tienen remedios a su alcance). En los países desarrollados no ocurre lo mísmo, en estos países la gente es más exigente y nadie quiere sentir dolor. Para combatirlo, muchos recurren a la automedicación, y es un grave error porque un antiinflamatorio que funciona en una persona puede perjudicar a otra que sea hipertensa o que tenga problemas renales. Por lo tanto, cuando algo te duela, no te dejes tentar por la automedicación. Lo primero es identificar el tipo de dolor para que el especialista pueda tratarlo de la forma más adecuada.
¿Qué duele más?
* A los niños. Lo más frecuente son dolores agudos abdominales, dentales y de oído. En épocas de crecimiento pueden molestar las rodillas. En esta primera etapa vital es muy raro que sientan dolor crónico.
* En los adolescentes. Son frecuentes los dolores de espalda y de cabeza. En las niñas es habitual la dismenorrea (regla dolorosa)
* A los adultos. En esta fase de la vida lo más común es el mal que afecta a la columna, sobre todo a las zonas cervical y lumbar. Tras el dolor de espalda se situa el de cabeza
* En los mayores. Las molestias musculo-esqueleticas. Generalmente, la artrosis en rodillas, cervicales, caderas y manos. En ellos es muy normal que confluyan la artrosis y la osteoporosis, lo que puede provocar trastornos en la columna por el aplastamiento de las vértebras.
Como combatirlo
No existe un único método capaz de acabar con el dolor en cuestión de minutos. Los especialistas coinciden en que influye la manipulación física, la mental y, por supuesto, los hábitos. El primer paso para ponerle remedio es acudir a tu medico de familia.
Recientes estudios aseguran también que otras técnicas naturales son eficaces para combatir el dolor. El yoga y la meditación pueden hacer que el malestar físico disminuya. Investigadores del Instituto Nacional de Ciencias Fisiológicas, en Japón, examinaron la actividad cerebral de un maestro de yoga mientras meditaba. Al intentar provocarle dolor en este estado, la zona del cerebro vinculada a esta sensación permanecía inactiva. La práctica regular de yoga, por lo tanto, puede acabar reduciendo las molestias.
¿Quién no ha sentido dolor alguna vez en su vida? Probablemente nadie levantaria la mano ante esta pregunta. Y es que esta sensación es una respuesta natural del organismo, que alerta de que algo no funciona bien. El problema viene cuando la causa del trastorno se soluciona, pero deja esta desagradeble sensación de malestar en el organismo. O, lo que es lo mismo, el dolor pasa de ser útil y puntual ( porque avisa de algo) a crónico. Muchísimas personas conviven dia a dia con el dolor en nuestro país. Y, lo que es más sorprendente, muchos de ellos acaban asumiéndolo como algo normal.
Creer que el dolor no se superará, lo hace más intenso. Son muchos los factores que influyen en el umbral del dolor (o en el aguante) de cada uno, desde el estado de ánimo propio a cómo se perciben y se aceptan. Por eso es tan importante que los tratamientos sean personalizados. La tolerancia al dolor parece ir en consonancia con la sociedad en la que se vive. En los países menos desarrollados, la gente está más acostumbrada a soportar el dolor (quizá porque no tienen remedios a su alcance). En los países desarrollados no ocurre lo mísmo, en estos países la gente es más exigente y nadie quiere sentir dolor. Para combatirlo, muchos recurren a la automedicación, y es un grave error porque un antiinflamatorio que funciona en una persona puede perjudicar a otra que sea hipertensa o que tenga problemas renales. Por lo tanto, cuando algo te duela, no te dejes tentar por la automedicación. Lo primero es identificar el tipo de dolor para que el especialista pueda tratarlo de la forma más adecuada.
¿Qué duele más?
* A los niños. Lo más frecuente son dolores agudos abdominales, dentales y de oído. En épocas de crecimiento pueden molestar las rodillas. En esta primera etapa vital es muy raro que sientan dolor crónico.
* En los adolescentes. Son frecuentes los dolores de espalda y de cabeza. En las niñas es habitual la dismenorrea (regla dolorosa)
* A los adultos. En esta fase de la vida lo más común es el mal que afecta a la columna, sobre todo a las zonas cervical y lumbar. Tras el dolor de espalda se situa el de cabeza
* En los mayores. Las molestias musculo-esqueleticas. Generalmente, la artrosis en rodillas, cervicales, caderas y manos. En ellos es muy normal que confluyan la artrosis y la osteoporosis, lo que puede provocar trastornos en la columna por el aplastamiento de las vértebras.
Como combatirlo
No existe un único método capaz de acabar con el dolor en cuestión de minutos. Los especialistas coinciden en que influye la manipulación física, la mental y, por supuesto, los hábitos. El primer paso para ponerle remedio es acudir a tu medico de familia.
Recientes estudios aseguran también que otras técnicas naturales son eficaces para combatir el dolor. El yoga y la meditación pueden hacer que el malestar físico disminuya. Investigadores del Instituto Nacional de Ciencias Fisiológicas, en Japón, examinaron la actividad cerebral de un maestro de yoga mientras meditaba. Al intentar provocarle dolor en este estado, la zona del cerebro vinculada a esta sensación permanecía inactiva. La práctica regular de yoga, por lo tanto, puede acabar reduciendo las molestias.
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